martes, 22 de abril de 2008

Epístola II

Se que te desacostumbraste a que te escriba tan seguido... perdoname amigo. Es que hoy me pasó algo extraño. Te lo cuento sin más introducción.
Volvía del trabajar, 12.50 me bajé del 86 en liniers. Cruzo colectora aprovechando el largo semaforo peatonal (algo que te da placer al fin). Camino, entre decidido y resignado para cruzar la General Paz por debajo. Respiro azufres que van más allá del olfato. Y veo un perro venir, uno de esos perritos callejeros pero lindos. Con la cola peluda, pero algo cabisbajo. Lo miro y le digo: "Buen día, ¿como te esta llendo hoy?" No me contesta. Que mala educación pienso y a un falso linyera que estaba mirando todo, de ahi muy cerca le pregunto. "¿Sabe usted qué le pasa a este perro?" -Si- Me contesta. Y recita los siguientes versos.
"...Pueden contarle el cuento una y otra vez
endulzar sus oidos con aquella miel
Sin embargo hay algo qeu no es para él
por eso solo Mira y Desespera
Mira sin ver
No ve que no hay flautista que se lleve a los roedores esta vez
Desespera Esperando
caudales de agua y sal que se hacen rogar
Si tan solo lo mojaran, a lo mejor se refrescara
Sin embargo no puede, no fluyen
¿y que más da?
Si él solo mira y desespera
Pierde la confianza tanto como la recupera
No hay remedios placebos para su alma con pena
Mira una y otra vez
Observa su talisman de papel
hoy vive mañana muere
si tiene suerte tal vez..."
Enseguida todo comprendí. No quise volver a cruzar a ese perro, por la verguenza que sentí de mi desfachatez.
Sin más, me despido amigo fiel y cruel.

sábado, 19 de abril de 2008

Because


viernes, 18 de abril de 2008

Epístola I

¡Qué ganas de escribirte que tengo! No te das una idea. Y eso que estamos medio como distanciados, ¿no? Vos y yo… Que locura ¿Sabes que me pasa? Me atacó. Me atacó algo que nunca quise, no se que es. Es eso que te ataca cuando estás bien. Yo te lo juro, cuando estés mejor, sientas mejor, desees mejor y quieras compartir, llega algo que no lo comprende. En ese momento que vos sos confianza y entrega te siembran la semilla de la duda. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? No se. Te juro. Feliz porque cumplís con designios que vos designaste de antemano. Las cosas se te dan. Horizonte claro y limpio y de repente un nubarrón, como ese que tanto me esta haciendo toser estos días. Pero insisto. Te juro que esta vez se que hago las cosas bien y siento que es incomprensión. Porque muchas veces la pifiamos, pero aca tengo certezas, certezas. No hice el daño. ¿Vos qué pensás? Puede ser. Tal vez. Pero ahora tengo que andar explicando por qué estoy bien. TENGO QUE EXPLICAR ESO. Años, mucho mucho tiempo buscándolo y cuando lo alcanzo tengo que dar explicaciones!¡¿Cómo si fuera un crimen?! ¿Qué pasa? ¿Te quieren bajar? No entiendo. Me parece que con vos no hace falta dar vueltas. No me la doy de mártir. Vos me entendés. Cualquier aclaración está de más. No pido que no me cuestionen nada… pero me mata hermano, me mata. No te molesto más, me despido con una lágrima ardiente en el ojo y un abrazo profundo en el pecho. La dejo rodar en tu honor.
Adrian